Posted on Sun, Apr. 24, 2005    EL NUEVO HERALD

 

El arroz y la lógica totalitaria




 

No existe ningun tratado de Filosofía o de Ciencias Políticas que pueda explicar con tanta claridad la esencia de la lógica totalitaria, como el anuncio hecho el pasado jueves por Fidel Castro, en la continuación de las más abrumadoras peroratas televisas de sus 46 años de dictadura.

Según Castro, en los laboratorios del Ministerio de la Industria Alimenticia se investiga ahora qué tipo de arroz se demora menos tiempo en cocinar. El que obtenga mejor resultado será el que se venda en todo el país.

La razón para esta colosal investigación es matemáticamente lógica. Si el ''arroz A'', por ejemplo, se cocina en 10 minutos y el ``arroz B`` en 12, la diferencia es de dos minutos de gasto de energía. Multiplicado esos dos minutos por el millonario número de ollas arroceras eléctricas que habrán en el país, la cifra se eleva a varios miles de kilowatts de consumo que se podrían ahorrar.

Sin dudas una aseveración muy sabia. Una conclusión, además, sólo posible en un régimen totalitario. ¿Se imagina usted que esa preferencia, por determinada marca de arroz, se aplique en cualquier país democrático, en cualquier sociedad abierta? ¡Permitir únicamente la venta ''del arroz X'', atendiendo a razones de comsumo eléctrico!.

El razonamiento del dictador está en la esencia misma del Estado totalitario. Lo explica mejor que cualquier tratado académico sobre el tema. Puede que a un número importante de consumidores les agrade más el sabor del arroz B, aunque se demore unos minutos en estar listos, pero el que el Estado decide importar, cosechar y vender será el otro. Así de fácil.

La lógica totalitaria no tiene en cuenta las preferencias personales, los gustos particulares, las decisiones individuales. Es una lógica que atenta siempre contra la libertad del ciudadano. El elemental derecho a escoger, que define a la libertad, no existe en los regímenes totalitarios. Por eso estos sistemas son, en su esencia, violadores sistemáticos de los derechos humanos.

No es un un problema de torturas, desaparecidos, asesinatos políticos o encarcelamientos. Es algo mucho peor. La lógica totalitaria anula la libertad del ciudadano, de la cual se derivan todos los derechos.

De la misma forma en que el Estado decide qué arroz se venderá en el país, decide también qué noticias se informan, cuáles libros se publican, qué tipo de enseñanza se imparte, qué películas se difunden, que carreras académicas se promueven, que ideas politicas se proscriben, en fin...''el mar'' como diría en sus versos mi desaparecido coterráneo, el Poeta Nacional, Nicolás Guillén.

No hay nada mejor para explicar que significa eso que nos han dicho tantas veces sobre el paternalismo estatal y el control absoluto del Estado sobre el individuo, la persona!.

Claro que hay quienes defienden esa lógica totalitaria alegando que, a cambio de esa anulación individual, el ciudadano recibe educación y atención médica gratuitas, nadie tiene que pagar por las muelas que le saquen, ni preocuparse por las pensiones de retiro. Cuestión de gustos, responderia yo, que prefiero siempre la libertad de escoger, aun cuando no siempre tenga la posibilidad concreta de hacerlo.

Reflexiones políticas o filosóficas aparte, lo cierto es que el dictador cubano continua con su serie de presentaciones televisivas de varias horas diarias, que ya casi alcanzan dos semanas ininterrumpidas. Durante todo este tiempo, Castro ha hablado desde las excentricidades de los emperadores romanos, hasta los inconvenientes de los bombillos incandescentes, pasando por "las aventuras y desventuras'' de Luis Posada Carriles en su ruta hacia Estados Unidos.

Hay que reconocer, sin embargo, una constante en sus presentaciones: la preocupacion por el ahorro de energía eléctrica. En ese contexto, y como consecuencia de las investigaciones que se desarrollan sobre la cocción del arroz, quien sabe si el dictador comienza a calcular las conveniencias de determinadas prendas de vestir para el clima de la isla. Ropas mas ligeras, mas frescas, suponen tambien menos necesidad de utilizar ventiladores y aires acondicionados. Quién sabe, quién sabe.