LA HABANA
El enfrentamiento de carteles entre Cuba y Estados Unidos en el Malecón de La Habana entró ayer en un nuevo capítulo, con una gigantesca caricatura del máximo diplomático del país del norte en la isla, montado sobre un trineo con una leyenda alusiva a los derechos humanos.
El dibujo del jefe de la sección de intereses estadounidense, James Cason, colgado en un edificio al costado de la representación de ese país, tiene una leyenda que dice ''¿Ca-son los derechos humanos?'' en referencia a la pronunciación en inglés del apellido del diplomático que se asemeja a la expresión interrogativa ``qué son''.
La respuesta en la caricatura dice ``bombardear bien los derechos de los humanos''.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Felipe Pérez Roque, dijo que la isla ``tiene un arsenal de ideas para encarar las últimas acciones subversivas de la oficina diplomática que representa los intereses de Washington en La Habana''.
''Estas (repuestas) serán dadas a conocer en el momento oportuno y adecuado'', dijo Pérez Roque, según la agencia estatal de noticias Prensa Latina.
Además en el suelo del transitado Malecón de La Habana un grupo de caricaturistas dibujaba un águila desgreñada de todo el ancho de la calle, llamada ''Super B'', por la inicial del apellido de George W. Bush y de la palabra ''bloqueo'', en referencia al embargo económico de Estados Unidos sobre la isla.
''Es para que todos puedan pasarle por arriba'', comentó Ernesto Padrón, uno de los dibujantes que dirigía a una veintena de jóvenes pintores, la mayoría estudiantes de arte que preparaban también otros lienzos de protesta.
Mientras los pintores trabajaban, comenzó a escucharse a un alto volumen por los parlantes música de cantautores cubanos vinculados al gobierno.
La seguidilla de carteles en la vía pública comenzó hace casi dos semanas cuando la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana colocó una serie de adornos navideños que incluyeron un número 75 con luces de colores en directa relación con un grupo de disidentes al gobierno de Fidel Castro, apresados el 2003 en una dura ola represiva.
Tras la exigencia cubana de retirar el letrero luminoso, el propio Cason citó a la prensa para declarar que el cartel permanecería hasta después de las fiestas de fin de año, como estaba previsto inicialmente.
Poco después el gobierno cubano respondió con dos letreros gigantes frente al número 75, con fotografías de torturas a prisioneros en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, acompañado por el texto ''fascistas made in USA'' con una esvástica nazi.
Además, se alzó un letrero con la foto de un niño apuntado con el arma de un soldado con la leyenda ``para el año que viene quiero que no lancen más bombas y no torturen a mi papá''.
El lunes unos 5,000 estudiantes cubanos se congregaron en el sitio de los carteles, en donde hay un escenario llamado ''tribuna antiimperialista'' en una protesta marcada por los ataques a Cason.
El gobierno cubano ha calificado la actitud de Cason de una ''mamarrachada'' para provocar problemas, mientras que diplomáticos estadounidenses en la isla han dicho que la reacción de colocar carteles con fotos de torturas es ``hiperbólica''.
Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con La Habana y le impuso sanciones económicas poco después del triunfo de la revolución encabezada por Castro en 1959, pero ambos países mantienen secciones de intereses en cada una de las capitales.
La alusión a los 75 disidentes apresados, de los cuales 14 han sido excarcelados por razones de salud.