|
El padre Francisco Santana, quien fuera párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Divina Providencia en Miami y luego director asociado de la Ermita de la Caridad, falleció en esta ciudad dejando un legado de esperanza, caridad y paz en miles de seres humanos, tanto en Miami y Cuba como en otras partes del mundo.
A partir de 1961, cuando el gobierno de Castro intervino el seminario del Buen Pastor, en Arroyo Arenas, donde estudiaba, el padre Santana vivió alejado físicamente de su patria, pero unido a su tierra por el amor y la integridad moral. Desde enviar medicamentos a los necesitados en Cuba hasta jugar y enseñarle los santos sacramentos al niño Elián González, el Padre Santana prodigó bondad y apoyo espiritual por diversos ámbitos, lo mismo a opositores en la isla que a necesitados en Miami. Será recordado por todos.