Agradece Vladimiro Roca el Premio
al Valor Civil 2002
 
Es un honor para mí recibir el Premio al Valor Civil.
Por expresar pacíficamente mis puntos de vista críticos sobre mi gobierno, -algo 
que muchos de ustedes hacen todo el tiempo- fui sentenciado a cinco años de 
prisión. El gobierno me consideró un rebelde, cuando, junto a otros tres 
opositores, escribí el documento "La Patria es de Todos". En él analizamos de 
forma crítica un documento que había sido publicado por el Partido Comunista de 
Cuba para celebrar su V Congreso. Le pedimos al pueblo de Cuba utilizar el 
derecho garantizado en la Constitución cubana de votar libremente (o de decidir 
abstenerse de votar) con la presencia de la prensa internacional acreditada en 
Cuba.
Todos fuimos juzgados son garantías procesales. Fuimos juzgados sin un jurado 
imparcial e independiente. El "juicio", si se le puede llamar así, no fue 
abierto al público, ni a la prensa internacional, ni a ningún diplomático 
extranjero. Los jueces no permitieron ningún testigo de la defensa. Mi propio 
abogado no tuvo derecho a examinar o cuestionar las acusaciones de la fiscalía.
Cumplí mi sentencia en la Prisión Provincial de Cienfuegos, en el poblado de 
Ariza, a 125 millas de distancia de mi hogar en La Habana. Mi vida en la prisión 
estuvo llena de peligros y maltratos. Mi esposa tenía que viajar las 125 millas 
para verme. Tuvo que soportar el acoso de los oficiales de la Seguridad del 
Estado. Era como si mi familia hubiese sido "condenada" también.
Fui confinado a una celda de 7x6 pies [2,1 x 1,8 metros], con un hueco en el 
piso que servía de inodoro y una tabla pequeña que servía de cama. Había una 
llave de agua sin lavamanos,dedonde el agua salía solamente tres veces al día 
por veinte o treinta minutos.
En la prisión, el alto grado de humedad en el aire afecta los pulmones y los 
huesos. Los prisioneros tienen que convivir con toda clase de roedores e 
insectos, incluyendo hormigas, escorpiones, chinces, cucarachas, mosquitos, 
pulgas y garrapatas. Los prisioneros no pueden hacer ejercicios o participar en 
actividades deportivas, todo esto es prohibido. Los presos que han cometido 
crímenes terribles son utilizados por el gobierno para agredir a los prisioneros 
políticos.
Comencé a oponerme al gobierno sólo cuando entendía que no podía seguir 
manteniendo un doble estándar, cuando comprendí claramente que el sistema 
económico de este gobierno destruiría toda la riqueza de mi país. No fue hasta 
1990 que hice públicos mis puntos de vista en mi trabajo en el Comité Estatal de 
Colaboración Económica. Fui despedido en enero de 1992, después de haber apoyado 
un proyecto enfocado a crear un socialismo democrático en Cuba. Desde que fui 
despedido, no he podido volver a trabajar, a pesar de mi educación y mi 
experiencia. El único empleador en mi país, el gobierno de Cuba, me considera 
"no confiable".
El acoso del Estado contra cualquier persona que critique el gobierno tiene 
muchas formas, incluyendo agresiones personales y verbales muy severas. Los 
opositores y disidentes en toda la Isla saben lo que estoy diciendo. Estos actos 
de repudio son amplios e incluyen a cientos de personas, a veces más. La 
policía política monitorea continuamente las casas y los movimientos de 
cualquiera que ellos sospechen que está contra la revolución y contra el 
gobierno. Muchas veces el hostigamiento se torna violento, y los que 
participan en el acto de repudio tiran piedras, dicen insultos y agreden las 
casas de los opositores.
Actualmente son el Presidente del Partido Social Demócrata de Cuba, fundado en 
1996, que no es reconocido por el gobierno cubano. Lucho pacíficamente por un 
cambio gradual hacia una Cuba democrática,una Cuba libre, y, para promover el 
respeto a los derechos humanos de todos los cubanos, incluyendo a todos los que 
de forma pacífica se oponen a las prácticas del gobierno, un derecho reconocido 
en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros documentos de las 
Naciones Unidas.
Estoy convencido de que los cambios en Cuba vendrán en el corto o mediano plazo 
-ya han comenzado a producirse- y pronto, mi país se unirá a los demás países 
democráticos del mundo.
Con toda sinceridad, les doy las gracias desde el fondo de mi corazón por el 
Premio al Valor Civil 2002. Prometo que nunca los defraudaré en mi lucha por el 
cambio, que nosotros los cubanos y muchos ciudadanos alrededor del mundo quieren 
para Cuba.
Vladimiro Roca Antúnez
Nota: Este mensaje fue leído en Nueva York el 8 de octubre de 2002 por Orlando 
Gutiérrez, Secretario Nacional del Directorio Democrático Cubano. Vladimiro Roca 
no obtuvo "permiso" de salida de Cuba para recibir su premio.