Posted on Tue, Jan. 14, 2003 story:PUB_DESC
Payá presenta en Miami un proyecto de paz y democracia

El Nuevo Herald
OSWALDO PAYA habla a representantes del exilio cubano en la Ermita de la Caridad.
OSWALDO PAYA habla a representantes del exilio cubano en la Ermita de la Caridad.

 

Con la misma serenidad y la firmeza de ideas que acompañaron sus intervenciones en Europa y Washington, el disidente cubano Oswaldo Payá Sardiñas dijo ayer en Miami que la transformación democrática en Cuba es posible por vías pacíficas, y aseguró que sus compatriotas de la isla han perdido el miedo a reclamar sus derechos fundamentales.

''La única manera de lograr la verdadera democracia que dé capacidad al pueblo cubano para hacer su propio proyecto de justicia es que el pueblo conquiste sus derechos y supere el totalitarismo con un movimiento cívico'', declaró Payá, de 50 años, promotor del Proyecto Varela.

Reunido con la junta editorial de The Miami Herald, el conocido opositor defendió su iniciativa constitucional para promover cambios democráticos en la isla como ``un proyecto no moderado, sino radical''.

''El Proyecto Varela es radicalmente pacífico y va a la raíz del problema y a su solución, porque busca una plataforma a partir del ejercicio del derecho, y rompe con la tradición de cambios políticos desde la violencia y la fuerza, que en Cuba no han conducido más que a otras formas de opresión'', aseveró Payá, ganador del Premio Sajarov 2002 del Parlamento Europeo.

Agregó que las expectativas de cambio no deben basarse en intervenciones extranjeras ni golpes de estado, ni siquiera en la muerte del gobernante Fidel Castro, sino en la voluntad de la sociedad civil de impedir que el poder totalitario se manifieste por encima de la Constitución vigente desde 1976.

''Quitarse un comunismo de 44 años sin perestroika es sumamente difícil, pero no estamos esperando a que Fidel Castro se muera de viejo para ver qué hacen sus sucesores: queremos los cambios ahora, y sabemos que el futuro de Cuba depende de cómo se produzcan esos cambios'', enfatizó el disidente.

Payá señaló que la esperanza de la transformación democrática en Cuba está en la ampliación del movimiento cívico que ha tomado como emblema al Proyecto Varela, y que cada día se expresa en la creciente disposición de los ciudadanos a desafiar las represalias del régimen castrista.

Explicó que tras la visita a Cuba del ex presidente norteamericano y Premio Nobel de la Paz, Jimmy Carter, quien hizo mención pública del Proyecto Varela por los medios oficiales, el régimen desató una ola de represión y difamación contra la iniciativa, obligando a sus promotores a ``un momento de reorientación''.

Según él, un componente importantísimo de la nueva etapa han sido los llamados comités gestores del Proyecto Varela, los cuales han proliferado en cada municipio y en cientos de poblados de Cuba, incluso con casas identificadas abiertamente en la función de recoger firmas, encauzar denuncias y orientar a los ciudadanos sobre sus derechos.

''Lo sabe la Seguridad del Estado, lo saben los representantes del Partido Comunista, pero la noticia es que esto no paraliza ya a estos ciudadanos'', consideró Payá. ``Cuando digo que Cuba está cambiando me refiero a esta actitud cívica, no a que el gobierno esté haciendo una apertura''.

Sobre la posible aceptación gubernamental a discutir el Proyecto en la Asamblea Nacional [parlamento], Payá dijo no hacerse ilusiones y destacó que el real impacto de la iniciativa está en la incapacidad mostrada por el régimen para rebatirlo o discutirlo públicamente.

''El gobierno no se atreve a mencionar el Proyecto Varela; lo desacreditan, me acusan de delincuente, expulsa a estudiantes universitarios por firmarlo, pero no se lo da a leer a los cubanos'', relató Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación.

'Hoy tenemos el doble de firmas que exige la Constitución [para hacer un referendo nacional], y eso fue lo que desestabilizó al régimen y lo obligó a la recogida de firmas y manifestaciones para `responderle a Bush': el hecho de que la gente entregó sus datos personales y su firma, y se olvidó del miedo para pedir sus derechos'', añadió.

A mediados del pasado año, Cuba realizó una campaña de recogida de firmas para promover una modificación constitucional que declarara ''irrevocable'' el socialismo en la isla, en una supuesta respuesta a declaraciones del presidente George W. Bush. Sin embargo, nunca se mencionó en los medios oficiales el Proyecto Varela, que fue entregado en las oficinas de la Asamblea Nacional con el respaldo de unas 11,000 firmas.

Payá cumplió ayer una maratónica jornada en Miami, donde participó en reuniones con líderes espirituales, representantes de la comunidad exiliada y jóvenes cubanoamericanos, en el Salón Varela de la Ermita de la Caridad. Luego de la reunión, en el edificio de El Nuevo Herald/The Miami Herald, sostuvo un encuentro con exiliados discrepantes del Proyecto Varela.

En una reunión a puertas cerradas que los participantes calificaron de ''discusión larga pero cordial'', Payá estuvo reunido durante aproximadamente una hora en la Ermita con ocho dirigentes del exilio que objetan a aspectos del Proyecto Varela.

Los dos principales puntos contenciosos ayer fueron la falta de amnistía inicial contemplada en el proyecto para los presos políticos convictos por actos de violencia, y la imposibilidad de que los cubanos que no lleven un año de residencia en la isla participen en el referendo planteado por la iniciativa.

''No acepto a nadie, que después de 44 años de lucha por la libertad de Cuba, me vete'', apuntó Juan Pérez Franco, presidente de la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506, a la salida del encuentro.

Además de la Brigada, estuvieron presentes representantes de Plantados hasta la Libertad de Cuba, Municipios de Cuba en el Exilio, Junta Patriótica Cubana, Puente de Jóvenes Cubanos y la Central de Trabajadores Cubanos en el Exilio.

Silvia Iriondo, presidenta de MAR por Cuba, declinó participar por considerar ''inapropiado'' que la reunión fuera ''selectiva'', luego que no se invitara a varias de las organizaciones y personalidades con abiertas diferencias sobre los postulados de Payá.

Tampoco estuvieron presentes miembros del Concejo de la Libertad por Cuba (CLC), quienes aseguraron no haber sido invitados al encuentro. ''Payá tiene el derecho a reunirse con quien quiera, pero que no diga que viene a reunirse con los que están a favor y en contra'' del Proyecto Varela, señaló Ninoska Pérez Castelló, miembro del CLC.

Payá debe partir hoy hacia México, donde será recibido por el presidente Vicente Fox.

El reportero Joaquim Utset contribuyó a esta información.