''Es lo mejor que podemos hacer para salvar vidas'', dijo el presidente del grupo, José Basulto, en conferencia de prensa en el aeropuerto de Opa-locka.

Basulto explicó que la ola de rumores que circulan por La Habana sobre el surgimiento de otro puente marítimo como el del Mariel en 1980, pudiera ser una maniobra del gobierno local, ya que ``la estrategia de [el gobernante cubano Fidel] Castro es desviar la atención internacional del creciente movimiento de resistencia interna para poder destruirlo''.

Además, ``un éxodo masivo desde Cuba le crearía grandes problemas al gobierno y al pueblo de Estados Unidos en momentos en que enfrentamos una amenaza sustancial por parte del terrorismo internacional. También le serviría para inundar a Estados Unidos con espías, terroristas y agitadores''.

Basulto dijo a El Nuevo Herald que no quiere crear entre los cubanos de la isla la percepción de que pueden salir de Cuba y salvarse porque los dos aviones de HAR van a estar buscándolos.

Sin hacer referencia a los rumores, el Departamento de Estado también reaccionó, pues si el gobierno de La Habana permite un acto tal, eso significaría una violación de los acuerdos migratorios de ambos países.

Por su parte, Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, se negó a comentar sobre la posibilidad de un nuevo éxodo, pero dijo a Agence France Presse que ``anular esos acuerdos, o promover movimientos migratorios al margen de acuerdos que están salvando vidas, sería irresponsable y un mal servicio al pueblo cubano''.

Desde hace dos días, por La Habana se escuchan los rumores de que Castro se apresta a permitir un nuevo puente marítimo.

Según versiones recogidas por El Nuevo Herald en la isla, esos rumores llegaron al punto de aseverar que una flotilla de embarcaciones habría salido del sur de la Florida rumbo a la frontera acuática cubana.

Algunos reporteros extranjeros acreditados en la isla dijeron a El Nuevo Herald que han barajado varias explicaciones para los rumores.

Una de ellas tiene que ver con la sensación de falta de perspectivas futuras que recientes declaraciones de Castro han provocado en la población.

''La gente aquí se está diciendo que si el proceso es intocable, que si es irrevocable, entonces no hay ninguna posibilidad de cambio y tengo que resolver mi problema por mi cuenta; y la solución es irse, porque aquí no hay nada que hacer'', dijo un corresponsal.

Otro de ellos, con años en la isla, hizo un recorrido ayer por la mañana por La Habana Vieja, el área donde se protagonizaron los incidentes del ''maleconazo'' en agosto de 1994, y dijo que se respiraba un ambiente de ''tensión'' similar al de aquella época.

'Creo que es más un fenómeno sociológico; la gente cree que como aquí no hay cambios, `soy yo' el que tengo que cambiar'', dijo.

Además, enfatizó, la caja de pandora abierta por Castro hace dos semanas --con la amenaza de cortar relaciones diplomáticas con Estados Unidos y dar por terminado el acuerdo migratorio-- parece haber contribuido al estado de opinión actual.

''La gente piensa que no va a poder salir, o que la viejita de la casa no va a poder viajar de vacaciones a Estados Unidos y traer cosas y dinero'', añadió.

Los corresponsales están prestando especial atención a lo que definen como ''la dicotomía'' en que el gobierno tiene viviendo a la población.

''La televisión te da una realidad virtual de Cuba, donde todo está bien. Pero la gente diariamente se encuentra con una Cuba real cuando va al agromercado, a la bodega, sufre los apagones, no encuentra medicinas, y cosas así'', dijo uno de ellos.

O sea, ``en realidad, el gobierno no te dice nada de lo que está realmente sucediendo en tu vida diaria. [El lunes] hubo un apagón de 7 a.m. a 4:30 p.m. y no se supo de antemano, por ejemplo''.