El disidente cubano Oswaldo Payá, quien se dirige a Francia a recibir el premio más importante de Europa en materia de derechos humanos, recibió ayer una cálida bienvenida del presidente del gobierno español, José María Aznar, a quien le agradeció sus esfuerzos para que las autoridades cubanas le permitieran viajar para recoger el galardón.
Aznar recibió a Payá y conversó con él durante una hora en su residencia del Palacio de La Moncloa, en las afueras de Madrid, unas horas después que el disidente llegó al Aeropuerto de Barajas.
Payá visitó a Aznar durante una escala en su camino hacia la ciudad francesa de Estrasburgo, donde mañana le será entregado el Premio Sajarov para la Libertad de Pensamiento que le concedió el Parlamento Europeo.
''El presidente del gobierno [español] envió una carta a [el gobernante cubano] Fidel Castro pidiendo permiso para que el señor Payá viajara a Europa'', reveló un portavoz del Palacio de la Moncloa.
''El señor Payá ha venido para agradecerle su intervención y el interés constante del presidente Aznar en Cuba'', explicó.
Payá, de 50 años, un demócrata-cristiano ingeniero en equipos médicos, encabeza el Proyecto Varela, un llamamiento a las autoridades para que permitan reformas en Cuba, firmado por más de 11,000 cubanos y que el gobierno de Castro ha ignorado desde que fue presentado al Parlamento cubano en mayo de este año.
''Regresaré a Cuba en pocos días, porque sería un castigo vivir fuera y porque la situación política no me puede hacer emigrar'', declaró Payá a la prensa, después de llegar a la capital española.
''Vengo [a Europa] con todos mis hermanos que están en prisión y que no saben siquiera que estoy aquí, para defender los derechos elementales, derechos que son reconocidos como universales'', afirmó Payá a los periodistas.
Según el opositor cubano, ``el inmovilismo político está pasado de tiempo y el pueblo [cubano] está maduro para los cambios''.
''Pero, para lo que no está dispuesto nunca un pueblo es para soportar que se entrometan en todas las dimensiones de su vida para controlarla. Eso es el totalitarismo. El pueblo sólo quiere cambios pacíficos, la reconciliación, pero también la libertad que ningún partido ni ningún tirano puede quitar'', recalcó.