Publicado en El Paralelo/24 de enero - febrero de 1996
El Avión Que Frustró la trama de Castro
Por José Basulto
[Reimpreso con permiso de The Wall Street Journal (c) 1996
Dow Jones & Company, Inc. Reservados todos los derechos.]
El 24 de febrero, aviones MiG cubanos hicieron añicos a dos avionetas civiles de los Estados Unidos, ambas desarmadas. Una tercera avioneta, pilotada por mí, evadió la garra rapaz del Presidente Fidel Castro y con esto, su plan para aplastar al movimiento opositor dentro de Cuba. A continuación, un recuento de por qué el Sr. Castro derribó nuestras avionetas.
Hermanos al Rescate fue fundada en 1991 y ha realizado más de mil ochocientas misiones de búsqueda y rescate sobre los Estrechos de la Florida, incluyendo el área en que nuestras avionetas fueron abatidas. Nosotros hemos ayudado en el rescate de más de 4,200 balseros que huían de la isla-prisión del Sr. Castro.
Nuestra misión se ha extendido a prestarle asistencia al campamento para refugiados cubanos en las Bahamas y ayuda humanitaria a las familias de presos políticos, así como a respaldar las actividades en favor de los derechos humanos dentro de Cuba. Son precisamente estas últimas actividades ¦de oposición interna sin violencia, que amenaza el control que tiene Castro sobre el poder¦ las que motivaron esta violenta reacción.
Cinco meses antes del criminal asesinato perpetrado por Castro, Concilio Cubano, una coalición que reúne a más de 160 grupos que abogan por la oposición noviolenta dentro de Cuba, se agruparon para planificar una transición pacífica hacia la democracia. Como respuesta, más de 90 organizaciones del exilio, incluyendo a Hermanos al Rescate, procedieron inmediatamente a respaldar sus esfuerzos. Con este apoyo recién estrenado, Concilio Cubano anunció su intención de llevar a cabo su primera asamblea nacional el 24 de febrero y pidió formalmente al gobierno de Cuba autorización para celebrar dicha reunión.
Como muestra de su respaldo, el 9 y el 13 de enero los Hermanos al Rescate cubrieron La Habana de octavillas impresas con los Treinta Artículos de la Declaración de los Derechos Humanos que fueron arrojadas a trece millas de distancia de las costas de La Habana, desde el espacio aéreo internacional, y que los vientos llevaron hacia Cuba. El Sr. Castro calificó los volantes como "propaganda subversiva" y trató de provocar un conflicto entre Hermanos al Rescate y el gobierno de los EEUU, acusando en falso a Hermanos al Rescate de sobrevolar La Habana en el espacio aéreo prohibido ¦sentando así el escenario para las acciones venideras.
El 13 de febrero, Hermanos al Rescate donó dinero a Concilio Cubano por medio de Sebastián Arcos Bergnes, un reconocido disidente cubano. Dos días después, el gobierno arrestó a unos 180 miembros de Concilio Cubano y prohibió la anunciada reunión.
Cinco días antes del ataque de los MiG, un general cubano le preguntó al Almirante retirado Eugene Carroll del Centro de Información para la Defensa, durante la visita de éste a Cuba, cómo reaccionaría Estados Unidos si Cuba derribara aviones de exiliados que violaran el espacio aéreo cubano. El Almirante interpretó que los cubanos estaban considerando tomar dicha acción y así lo informó al Departamento de Estado y a la Agencia de Inteligencia para la Defensa.
Dos días antes del hecho, el Sr. Castro reclamó a Juan Pablo Roque, un piloto que volaba ocasionalmente con Hermanos al Rescate y que servía a Cuba como agente doble, para integrarlo a la acción. El Sr. Roque me visitó para protestar amargamente sobre la ayuda económica que Hermanos al Rescate había prestado a Concilio Cubano. Le respondí que continuaríamos brindándole apoyo al grupo. Para sorpresa nuestra, al día siguiente el Sr. Roque salió a relucir en las Bahamas, identificándose como miembro de Hermanos al Rescate e incitando a los refugiados en el campamento de Nassau a sublevarse. No nos cabe duda de que el Sr. Roque planeaba crear una situación bajo la cual nos sería negado el acceso al campamento, ya que él sabía que nuestra alternativa sería la acostumbrada misión de búsqueda y rescate sobre los Estrechos de la Florida en la que él había participado varias veces. Para garantizar que nuestro acceso al campamento sería negado y que estaríamos volando en un área donde se desplazarían los MiG cubanos para derribarnos, el gobierno de Cuba notificó al gobierno de Bahamas que enviaría una delegación para visitar el campamento el 24 de febrero, sellando así nuestro destino. A las 4:30 pm del 23 de febrero, Carlos Costa, uno de los pilotos asesinados, recibió el aviso de las autoridades bahamenses que a los Hermanos al Rescate no se les permitiría visitar el campamento.
A la mañana siguiente, el Sr. Costa inscribió un plan de vuelo rutinario para una misión de búsqueda y rescate sobre los Estrechos de la Florida, el lugar exacto donde el gobierno de Cuba quería que estuviéramos. A las 3:30 pm de esa misma tarde, los MiG cubanos habían abatido a dos de nuestras avionetas sin aviso, tomándolos por sorpresa, actuando como voraces aves de rapiña de afuera hacia adentro, asesinando al Sr. Costa, y a Armando Alejandre, Mario de la Peña y Pablo Morales ¦tres ciudadanos de los Estados Unidos y un extranjero con residencia legal en este país.
Inmediatamente tras los derribos, comenzaron a filtrarse desde "fuentes del Pentágono" (las que ya se han retractado por completo) que nuestras avionetas iban a recoger a varias personas en Cuba (presuntamente al Sr. Roque) y sacarlos del país. Sólo podemos pensar que la fuente de información era el gobierno de Cuba y que el Sr. Roque, quien se había trasladado a Cuba subrepticiamente el día anterior, sería el "testigo estrella" del estado en este burdo esfuerzo de presentar nuestra misión como una de sabotaje. Varias declaraciones iniciales desde Cuba mencionaban a un posible sobreviviente pero, más tarde, su condición fue cambiada a la de detenido.
Pero los cubanos cometieron un enorme error de cálculo. Ellos no contaron con que mi avioneta escapara. Cuando yo vi a los MiG iniciar el ataque, apagué el respondedor que el radar de los MiG estaba usando como blanco y busqué refugio entre las nubes. Fué así que al Sr. Castro se le frustró el presentar al Sr. Roque como el único sobre-viviente de un vuelo "terrorista" de Hermanos al Rescate, que habría sido pescado de las aguas o que se habría infiltrado en Cuba.
Cuando se supo que yo había sobrevivido, y que yo tenía las cintas magnetofónicas y prueba de mi ubicación, así como de mis comunicaciones iniciales con la torre de control de La Habana, la versión de Cuba comenzó a cambiar. El Sr. Roque ya no podía alegar que era el sobreviviente de una misión terrorista abortada. Cuba se vio forzada a hacer un replanteo. La condición del Sr. Roque fue rebajada de un terrorista diabólico a un ex- miembro inconforme de nuestra organización.
De nuevo, Fidel Castro ha puesto de manifiesto su intolerancia violenta. Ha demostrado, además, que su mayor temor no es la política exterior de los EEUU y tampoco lo son la falta de inversionistas extranjeros ni la opinión pública inter-nacional. Es el temor a su propio pueblo, que se ha organizado de manera noviolenta dentro de Cuba para oponerse a su régimen violento con dignidad.
¦¦¦¦¦¦ ¦_
Copyright © 1996 Brothers to the Rescue, Inc.