A continuación publicamos el
primer artículo escrito
por Martha Beatriz después de
salir de prisión:
CASI TRES AÑOS
DESPUÉS
Por Martha Beatriz Roque Cabello
Todo el que pregunta: ¿Cómo es la
cárcel?, no podrá obtener una respuesta adecuada. Para
saber cómo es la prisión, hay que vivir esa horrible experiencia. No existen palabras para definirla, ni anécdotas
suficientes para trasladar los momentos por los que pasa un recluso.
No
obstante, en mi caso particular, creo que podría estar mucho tiempo, del que me quede de
vida, escribiendo sobre estos casi tres años de encierro injustificado; pues tengo
latente en la memoria cada minuto desde que a las 5:10 a.m. del 16 de julio de 1997, la
policía política tocó a la puerta de mi casa, para registrarla y detenerme.
Fueron tiempos bien difíciles. Sin embargo, siempre que había una oportunidad
(las visitas en Villa Maristas y en la Sala de la Seguridad del Estado del Hospital
Militar eran con la presencia de oficiales) en los contactos con mi familia, me hablaban
del apoyo que teníamos, la solidaridad internacional, los pronunciamientos por nuestra
libertad hechos por personalidades tales como Su Santidad el Papa Juan Pablo II y el
Primer Ministro de Canadá Jean Chrètien, entre otros.
En ocasiones tuve acceso a leer cartas de niños de escuelas de distintos lugares
del mundo que nos trasladaban su dulzura para darnos ánimo. Y no faltó tampoco el calor tropical de algunos
de nuestros hermanos del exilio.
Ese
contacto con lo que está pasando en el exterior resulta indescriptible, es como si se
llenara un pedacito del corazón con nuevos bríos, para seguir soportando lo que dije
anteriormente que no se puede definir.
Por
eso ahora que estamos parcialmente en libertad, en este momento inicial de comunicación
escrita, tengo que agradecer esta ayuda, que desde el punto de vista espiritual nos
sirvió de tanto.
Retomando
la tribuna que tenía antes de ser encarcelada, debo abogar primero que todo por mi
hermano de causa Vladimiro Roca Antúnez, que aún permanece en prisión y para el cual
pido a aquellos grupos políticos y personalidades que mencioné, que mantengan su
solidaridad hasta que sea puesto en libertad. Desde
el punto de vista personal estoy amarrada a Dios y ratifico mi posición de
mantener la búsqueda de espacios en la sociedad civil, para poder transitar hacia la
democracia. Este es el compromiso, no importa
cuan dura haya sido la prisión o que esté presente la posibilidad de volver a ella. Más fuerte que todo esto es el amor a nuestro
país, a la querida islita verde, y el pleno convencimiento de que: La Patria
Es de Todos.
Ciudad
Habana, 11 de junio del 2000
Año
Santo Jubilar
Martha
Beatriz Roque Cabello
Recibimos con sorpresa y
preocupación la noticia dada por el Servicio de Guardacostas de EEUU (USCG) el día 30 de
mayo del 2000, en la que reportaban un aumento en la violencia de algunos
balseros rescatados por ellos en el Estrecho de la Florida. La noticia nos llegó con suficiente tiempo para
asistir a la conferencia de prensa, donde, también para sorpresa nuestra, no nos dejaron
entrar. Durante años el típico balsero
cubano ha sido una persona tranquila, en busca de paz y libertad.
Acudimos
a una cita con el USCG el pasado día 8 de junio en busca de respuestas a varias de
nuestras interrogantes. Nos entrevistamos
Billy Schuss y yo con la Sra. Carolyne Cihelka y el Sr. Luis Díaz del departamento de
relaciones públicas del USCG, séptimo distrito. Se
nos entregó una copia del video hecho público por el USCG en la conferencia de prensa.
Este
video resulta para HAR tan preocupante como el alegato de violencia por varios motivos: La violencia no concuerda con el carácter del
refugiado cubano. Las balsas típicas
encontradas por HAR (más de quinientas) eran en su mayoría de color oscuro para
dificultar la detección a la hora de la salida, así como su construcción era de fácil
ensamblaje costero, ya que el transporte de las mismas lo hacían generalmente los
tripulantes para subrepticiamente lanzarlas al mar.
El video
tomado por el USCG muestra una balsa de color amarillo de fácil detección. Su construcción era complicada y tenía un motor
interior, dificultando esto su transporte y lanzamiento al mar sin ser descubierta. Posiblemente requería el uso de un camión y
quizá hasta de una grúa. Todo esto en Cuba
resulta difícil sin la cooperación de las autoridades.
Los doce tripulantes, todos hombres, lucían jóvenes y fornidos, de aspecto y
posible procedencia militar. El uso de
piedras para tirar implica un preparativo que nunca antes habíamos observado, un acto de
violencia premeditada.
Nos
sorprendió en extremo, por lo documentado del incidente, que el USCG no pudo darnos los
nombres de los balseros, alegando no haberlos tomado.
Sin los nombres de los balseros se imposibilita cuestionar independientemente la
legitimidad y los motivos del incidente en cuanto a que éste pueda haber sido fabricado
por el gobierno cubano para su beneficio, haciendo uso de la ingenuidad
del USCG para su divulgación. También le resta credibilidad al alegato de violencia real
de los balseros hecho por el USCG la falta de testigos independientes o miembros de la
prensa, a quienes tampoco se les permite estar presente a bordo de los escampavías.
No olvida HAR que fue a través del propio USCG que tuvo lugar el
envilecimiento y el robo de la identidad de nuestros balseros cuando en el año 1992, sin
ningún cambio político en Cuba que lo justificara, los partes de prensa del USCG sobre
los balseros, que anteriormente se referían a ellos como refugees
(refugiados), comenzaron a llamarles migrants (inmigrantes). Esto ayudó a crear las condiciones de opinión
pública necesaria para su futuro rechazo.
Ahora la
situación se agrava nuevamente con el uso de la semántica oficial del gobierno de EEUU,
al redesignarse a los balseros como violent migrants (inmigrantes violentos). ¿Será esto una forma de contrarrestar la mala y
violenta imagen dada por el propio USCG cuando la interceptación del grupo de refugiados
en Surfside, que tuvo lugar ante las cámaras de TV?
¿Será todo esto del género inocente e iniciado por el USCG? El USCG nos respondió que fue allí, en su
séptimo distrito, donde se inició la noticia.
Enigmas
como éste tienden a resolverse con una simple pregunta: ¿Quién se beneficia?
A eso vamos.
Nuevamente,
el mal comienza en Cuba. El propio Castro,
aún no satisfecho con su actual capacidad represiva, está en busca de una forma más
efectiva de controlar él mismo la salida de los refugiados cubanos. También pretende ahora que EEUU, además de
proveerle ya el servicio de guardafronteras gratis, a través del USCG, derogue también
la Ley de Ajuste Cubano. Dicha ley es el
instrumento legal que le permite a nuestros refugiados encontrar asilo político en EEUU. De concedérsele su deseo, Castro obtendría así
el control absoluto de las salidas de la Isla al sólo quedar lo que él llama la
salida legal de las veinte mil visas, cosa que él ya controla.
Es
oportuno notar, para quienes con frecuencia argumentan que hay tratamiento preferencial de
EEUU para los cubanos, que el origen de la Ley de Ajuste Cubano surge de la iniquidad
histórica de EEUU hacia Cuba. A sólo un
año de la traición de Girón, durante la crisis de los misiles en octubre de 1962, la
Administración Kennedy-Johnson consolidó a Castro en el poder con las promesas hechas a
la Unión Soviética en las que garantizaba la permanencia del comunismo y el tirano en la
Isla a cambio de la retirada de los misiles de Cuba.
La
libertad que EEUU comprometió a cambio de su seguridad nacional no era propia, era del
pueblo cubano. Esta insólita deuda política
y moral de EEUU hacia Cuba dio origen, a manera de compensación, a la Ley de Ajuste
Cubano.